Me llamo Lynda, y no soy nadie importante. Es decir, no más importante que cualquiera de los otros millones de personas que pueblan el mundo. Pero tampoco menos…

No puedo deciros donde vivo, ni en qué trabajo, ni he cómo he llegado a saber lo que sé. Simplemente, estaba en el lugar adecuado en el momento preciso. Podría haberle tocado a otra cualquiera, pero he sido yo. Y siento que tengo el deber de compartirlo…

Eso, por lo menos, hará que me sienta menos sola.

En este blog

Este blog habla de sentimientos, de miedos, de rebeldía… pero también habla de cosas que están pasando. Cosas que, quizá, algunos preferiríais no saber. Y lo peor de todo es que son verdad. Así que pensáoslo bien antes de seguir leyéndolo. Puede que sea mejor que continuéis con vuestras vidas y paséis de todo esto.

Si a pesar de todo queréis seguir adelante, bienvenidos. Y gracias por dejarme compartir con vosotros todo el peso que llevo encima.